Dejar la ciudad,
abandonarla
dejar que caiga en el pozo oscuro
del olvido
que caigan paredes
muros
que se derrumben los edificios
Que desaparezcan con ella
esos abstractos y absurdos oficios
esos asalariados puestos de trabajo
que no son más que maleficios.
Dejar la ciudad
olvidarla
abandonar los estatus sociales,
esos males.
Perder el concepto del tiempo
¡que arda el dinero!
Que queden sólo corazones cultivando
viejos huertos olvidados.
domingo, 15 de enero de 2012
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